Para conseguir objetivos y alcanzar los resultados de la forma más eficiente se deben realizar estrategias; y el éxito o el fracaso de la estrategia, no es la estrategia en sí, sino es la ejecución de la estrategia. Muchas veces no alcanzamos objetivos personales o profesionales por no estar alineados y/o no sentirnos conectados con la estrategia y con la forma de llevarla a cabo consistentemente. Por ello, quiero compartirte una fácil forma para que: además de que puedas definir qué estrategia es la que más se adapta a lo que quieres respetando tus valores, crencias y tiempos; te permita actuar comprometidamente para conseguir el resultado que deseas.
Para favorecer el crecimiento estratégicamente y como punto de partida, empezaremos realizando un análisis detallado, recordando siempre nuestra misión y visión, tomando consciencia de cuáles son nuestras debilidades y las de nuestro equipo. Identificando cuáles son las amenazas externas a las que somos susceptibles o que podríamos ser susceptibles en el futuro. Conociendo cuáles son las fortalezas propias que nos caracterizan e identificando las posibles oportunidades que podríamos aprovechar en el presente y en el futuro próximo.
Una vez recopilada la información, elige la estrategia con la cuál te sientas más cómodo, ya que seremos nosotros quienes realicemos las acciones futuras. ¿Cuáles son estas estratégias?
1. Estrategia de reorientación: se centra en la corrección de las debilidades. 2. Estrategia de supervivencia: se enfoca en afrontar las amenazas de manera urgente. 3. Estrategia defensiva: se mantendrán y se potenciarán las fortalezas que ya se tienen. 4. Estrategia ofensiva: se explotarán las oportunidades evidenciadas.
Como diría Peter F. Drucker: "Siempre que ves un negocio exitoso, alguien tomó una decisión valiente". De esta forma, la elección y el desarrollo de la estrategia nos hará sentir satisfechos mientras la ejecutamos.
Saludos, Francisco
